Conoce las joyas icónica de Queen Elizabeth II
La reina Isabel II fue la monarca más longeva y la que ha reinado durante más tiempo, superando a su tatarabuela la reina Victoria. Y a modo de homenaje, Bornmine, la primera joyería de diamantes creados y certificados en México, 100% Eco-Friendly, recopila algunas de las joyas más icónicas de la corona que Queen Elizabeth II portó en diversas ocasiones.
El collar y aretes de coronación
El colgante de diamantes de 22.48 quilates se conoce como el Diamante de Lahore y fue presentado a la Reina Victoria en 1851. El nuevo collar de diamantes hecho para Victoria, ahora conocido como el Collar de la Coronación, el cual fue completado por Garrard en 1858.
Parure de ametista de Kent
Un demi-parure que incluye un collar, un par de aretes, tres broches y un par de peinetas con grandes amatistas facetadas y cabujones, este Parure perteneció originalmente a la duquesa de Kent, madre de la reina Victoria en 1858. Después de su muerte, el Parure pasó a la Reina Victoria, quien lo designó como una reliquia de la Corona para pasar de Reina a Reina.
Joyería hecha por Garrard para vestir a la Reina María
El Delhi Durbar Suite, creado por Garrard a pedido de la reina María para conmemorar su coronación y la del rey Jorge V como emperador y emperatriz de la India. Conjunto de joyas que captura a la perfección la majestuosidad de la ocasión, este incluía una tiara de esmeraldas y diamantes, así como, aretes, un broche y un espectacular collar.
La Reina María lo usó de manera regular, después pasaron a ser propiedad de Su Majestad la Reina.
Joyería hecha por Garrard para vestir a la Reina María
Una tiara a juego con collar de 18 zafiros rectangulares en racimos de dimantes, acompañado por unos pendientes de las mismas piedras. La tiara fue lo que llegó primero a la familia real británica, aunque no en forma de corona. Originalmente fue una gargantilla, la princesa Luisa María de Bélgica la recibió como regalo de su padre Leopolodo II de Bélgica. Años después, para hacer juego, el rey Jorge VI regaló unos pendientes en forma de lágrima.
Estas piezas seguirán formando parte de la icónica colección de joyería de la Corona Británica por años, y por lo tanto, las seguiremos viendo en las presentaciones públicas de la familia real británica, y claramente continuarán marcando tendencias como lo han hecho hasta ahora.